jueves, 20 de octubre de 2011

Saga ‘Mass Effect’: Ciencia Ficción en Estado Puro

Aunque las naves espaciales y los conflictos con los extraterrestres han disfrutado siempre de un fuerte protagonismo en el mundo de los videojuegos, han tenido que pasar muchos años hasta que el progreso tecnológico ha permitido a los estudios afrontar la creación de títulos verdaderamente ambiciosos, que han intentado, con mayor o menor acierto, recrear uno de los múltiples caminos que puede llevar a la humanidad a explorar el universo. La última generación de consolas está tratando de exprimir al máximo las posibilidades de este tipo de argumentos y, como resultado, los jugadores pueden disfrutar desde ‘shooters’ en primera persona en los que acribillar aliens enloquecidos, hasta juegos de rol con diálogos cuidados y con una clara influencia en la aventura. Existen muchas páginas especializadas con revisiones de todos ellos mucho más completas que las que pudiéramos hacer aquí, donde lo que queremos es destacar el esfuerzo que el estudio canadiense ‘Bioware’ ha llevado a cabo para adentrarse con los dos títulos de la saga ‘Mass Effect’ en el terreno de la verdadera ciencia ficción.


Aunque principalmente el término “ciencia ficción” se asocia a la literatura y el cine, en realidad es un género especulativo que engloba cualquier obra que desarrolle un marco espaciotemporal alternativo y fundamentado en diversos descubrimientos científicos y tecnológicos. Estas condiciones argumentales podrían cumplirlas muchos videojuegos pero, desgraciadamente, muchos títulos no les han prestado la más mínima atención.

La importancia narrativa que alcanzan en este género los descubrimientos y los avances científicos, suelen configurar un universo lógico que tiene muy en cuenta las implicaciones sociales y políticas de las nuevas tecnologías. Si esto no sucede o si el origen de los nuevos conocimientos no es estrictamente científico sino mágico, como sucede por ejemplo en ‘Warhammer’, estaremos más cerca de un universo fantástico y, muy probablemente, menos complejo.

Este es el caso de la mayoría de los videojuegos del mercado, pero no de ‘Mass Effect’ que ha abierto un camino que, esperamos, muchos tendrán que seguir a partir de ahora. La primera piedra del vasto universo que ‘Bioware’ creó para ambientar esta saga fue el libro Revelations, publicado con poco éxito antes de la aparición del primer videojuego. A pesar de su escasa difusión, el hecho de que se haya editado un libro como introducción al contexto de la saga, da una idea de lo minucioso que ha sido el proceso creativo de un argumento que arranca en plena expansión de la humanidad por la galaxia, y que incluye, además, una detallada historia de todo lo sucedido hasta entonces.


 La cronología de la expansión humana por el universo no solo es verosímil, sino que incluye varios guiños y homenajes a diversos personajes históricos e incluso a varios autores destacados del género de la ciencia ficción. Aunque la historia se desarrolla en torno al siglo XXIII, el extensísimo códice del juego detalla que la humanidad estableció su primer asentamiento permanente en la luna en el año 2069 – aniversario del primer alunizaje – en el cráter Shackelton, llamado así en honor al explorador irlandés que falleció en 1922 en una expedición a la Antártida. Por supuesto, el cráter existe realmente y, por su posición, sería una de las posibles ubicaciones de una hipotética base lunar. El siguiente objetivo del ser humano fue Marte, que se alcanzó en el año 2103 cuando se construyó en el “Planeta Rojo” la estación Gagarin. Sin embargo, cuando comenzó a construirse una base espacial más allá de Plutón como paso lógico para una posible expansión hacia el exterior de la Vía Láctea, diversas extracciones mineras revelaron la existencia de las ruinas de una civilización perdida en el subsuelo de Marte. La constatación de la existencia de vida extraterrestre inteligente y las implicaciones de los descubrimientos científicos y tecnológicos realizados, cambiarían, en muy pocos años, la historia de la humanidad.

Tras el impacto que supuso asumir que el ser humano no era el único protagonista de la historia del universo, hubo que procesar toda la información encontrada en las ruinas. En ella se descubrió que la civilización que había construido las estructuras, los ‘Proteanos’, se había extinguido a pesar de haber sido capaz de procesar y controlar algo que llamaban “elemento cero” y que les permitía controlar la energía electromagnética. Gracias a ello, habían podido construir unas enormes bases espaciales llamadas “relés” que creaban un túnel de energía dentro del cual era posible manipular la masa de los cuerpos y hacerlos viajar, de forma segura, a velocidades superiores a la de la luz. El enigma que la humanidad se planteó entonces fue el siguiente: si, efectivamente, un relé servía como puerta de entrada a esta autopista espacial, seguramente habría que franquear otro para salir de ella. En ese caso, ¿qué habría al otro lado?

Al otro lado encontraron el universo de ‘Mass Effect’ poblado por varias especies inteligentes, algunas de ellas dominantes, otras ya extintas o en decadencia y en el que los propios humanos cumplen el papel de jóvenes recién llegados. El juego se sirve de unos cuantos tópicos del género algo menos originales, pero que ayudan a cualquier persona ajena a la ciencia ficción a sentirse atraída por la trama: los humanos son una especie retrasada social y tecnológicamente, pero dotada de una enorme capacidad adaptativa que pone en peligro el equilibrio de fuerzas en el universo. Modelos clásicos también los encontramos en la especie ‘Asari’, claramente basada en los elfos del universo del Señor de los Anillos – una especia escasa, compuesta únicamente por hembras que viven en torno a un milenio, extremadamente diestras en el combate y con una comunión mística con el universo – y los ‘Turianos’ – de apariencia felina y con una concepción social colectiva y militarizada –.

Sin embargo y a pesar de la riqueza de matices del universo de ‘Mass Effect’, lo más destacable de la saga es la gran cantidad de posibilidades que se abren ante el jugador y la madurez de muchas de las mismas. Muchas misiones y también el tono general de buena parte de las conversaciones están impregnadas de argumentos tan complejos como la sexualidad o la xenofobia, explorados de un modo profundo que aprovecha todas las posibilidades que ofrecen el contexto social y político. Sirva como ejemplo la existencia de revistas eróticas coleccionables, cuyos reportajes elucubran sobre las posibilidades que brindan las relaciones entre miembros de diferentes especies…

Una gran saga que gustará a los amantes del género incluso aunque no sean jugadores habituales, ya que su riqueza argumental alivia esa sensación de estar perdiendo el tiempo que a algunos nos asalta cuando llevamos varias horas tirados en el sofá jugando a la consola. Un soplo de aire fresco en el mundo de los videojuegos y, sobre todo, una buena obra de ciencia ficción.

Fuerza y Honor.
Creado y editado por Vits.

3 comentarios:

  1. Magnifico análisis. Enhorabuena

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  2. Una excelente saga, que mezcla lo mejor de varias de las mejores obras del genero. Lo único que echo de menos son momentos mas originales y menos tópicos.

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  3. Una excelente saga, que mezcla lo mejor de varias de las mejores obras del genero. Lo único que echo de menos son momentos mas originales y menos tópicos.

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